EMAIL MARKETING BONITO

Email Marketing Bonito cumple un año
Email Marketing Bonito cumple un año

Parece increíble pero este mes de febrero celebro mi primer año como autónoma.

Hace un año decidí emprender motivada por la necesidad de conciliar (soy madre de dos niños), pero también por la ilusión de trabajar en lo que me gusta.

Acepté el reto. ¡Y menudo reto!

Un año lleno de desafíos y muchos aprendizajes bien merece un artículo en mi blog. Pero como no quiero irme por las ramas (que el tema del emprendimiento da para mucho), voy a compartir mi visión más personal.

Así que, si estás pensando emprender o si tienes alguien cerca dando sus primeros pasos, espero que mi visión te aporte una perspectiva más humana y empática.

Esto es lo que destacaría de mi primer año como autónoma:

5 reflexiones sobre emprendimiento

1. Aprendes a abrazar la incertidumbre

En general, en la vida, no creo que haya certezas, aunque nos reconforte pensar que sí las hay.

Pero al emprender, la incertidumbre se convierte en tu compañera de viaje de una forma tan tangible que casi puedes tocarla. Te abraza muy fuerte.

Aprender a lidiar con ella ha sido de lo más difícil este año.

¿Mi receta? Centrarme en lo que está en mi mano, en lo que sí puedo controlar. Hacer y confiar. Sí, confiar. Porque si tú no crees en ello, los clientes que estás buscando tampoco lo harán.

Foco y confianza.

2. La mentoría es imprescindible

Necesitas contraste. Alguien que te guíe, que te haga las preguntas adecuadas, que identifique “tus” oportunidades y que también te diga aquello que no quieres escuchar.

El camino es muy largo para hacerlo solo.

Busca una persona de confianza, con más visión y experiencia, que ya haya andado ese mismo camino y te ayude a avanzar con más seguridad.

Es la mejor inversión que puedes (debes) hacer.

3. Desaprender y aprender para integrar un mindset emprendedor

¿Novata con más de 12 años de experiencia a mis espaldas?

Pues sí, así es. Y así me he sentido.

Emprender exige un cambio de mentalidad brutal. Ya no eres una empleada. Así que no puedes seguir pensando como tal.

Tú tomas todas las decisiones. Tienes libertad total y toda la responsabilidad.

Por eso, necesitas aprender nuevas habilidades que te ayuden a liderar tu propio proyecto, a experimentar, a pivotar cuando no obtienes los resultados esperados…

Es un proceso de aprendizaje continuo. Muy retador (y cansado), pero también muy gratificante.

4. Cuida tus emociones, juegan un papel primordial

Cuando recién emprendes, y especialmente si ofreces servicios, es difícil disociar tu proyecto de ti misma.

Por un lado, es increíble el espacio mental que te ocupa. Como una realidad anexa que te acompaña en tu día a día, hagas lo que hagas. Allí está.

Y por otro, según cómo estés, avanza tu proyecto. Si te sientes con energía, inspirada, el proyecto fluye. Pero si no estás bien, tu proyecto se atasca.

Como es imposible estar siempre arriba. No queda otra que aprender a lidiar y superar esos “bajones” si quieres mantenerte enfocada.

Y vuelta al aprendizaje…

Aprender, por ejemplo, que no vas a ser más productiva por estar más horas frente a la pantalla. Y que quizá lo que necesitas es un paseo, unas risas o hacer algo creativo, cómo convertir unos botes de cristal en unos jarrones DIY para luego jugar con las luces y las sombras.

Jarrones DIY: aprendiendo a desconectar cuando emprendes
Desconectar para recargar: DIY + fotografía🥰

5. La ilusión como motor

No está siendo fácil. No voy a mentir. En más de una ocasión me he sentido perdida, cansada o bloqueada. Pensando, incluso, en tirar la toalla.

Pero luego pienso en todo lo que he hecho y aprendido. En el montón de retos cumplidos, que tiempo atrás ni me hubiera imaginado. En el camino que he recorrido y en el que aún me queda por recorrer.

Y es que realmente quiero seguir recorriéndolo.

Así que si no te mueve la ilusión. Si no lo disfrutas, si no lo quieres de verdad, será difícil que saques las ganas y la energía para seguir intentándolo.

Hasta aquí mis 5 reflexiones. Si has llegado hasta aquí, gracias por leerme.

No puedo terminar este artículo sin dar las gracias.

Gracias a aquellas personas que, sin conocerme, me regalaron su tiempo en la fase de investigación y respondieron una encuesta o hablaron conmigo.

Gracias a las personas que han confiado en mi trabajo. A mis clientes.

Gracias a mis suscriptores que cada 15 días me dejan colarme en su bandeja de entrada con inspiración y consejos sobre email marketing.

Y gracias infinitas a los míos. Sin su apoyo no sería posible.

Y ahora sí, cierro los ojos, pido un deseo y soplo mi primera vela. ¡A por el segundo año!